viernes, 12 de octubre de 2007

Martha Benedithc - REDACCIÓN - Tarea 12 octubre 2007.

I. Introducción a la Investigación

Las líneas a seguir, sosteniendo una metodología cualitativa, para estructurar
párrafos e introducir las citas dentro del texto, serán las indicadas en el Formato
APA – Quinta Edición, como es presentado en el folleto, por ser ampliamente aceptado
en las ciencias sociales. El estilo de cita de la APA requiere paréntesis dentro
del texto. Esta provee información, usualmente el nombre del autor y la fecha de
publicación. La información completa sobre cada fuente citada en el texto, se
provee en una lista llama “Referencias”, ubicada al final del informe de
investigación.

Además, el estilo APA requiere doble espacio en todo. Se usa un estilo de redacción
claro y continuo. Se utilizan tres niveles de título uno principal escrito en
negrita y centrado, uno secundario escrito en cursiva y al margen izquierdo y uno
terciario escrito en cursiva, pero con el texto continuado en la misma línea.

II. Presentación del Tema: La Sexualidad “Según el Plan de Dios”

2.1 Llamados al Verdadero Amor

2.1.1 El Amor y la Sexualidad Humana

El hombre está llamado al amor (Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 2336) y al
Don de sí en su unidad corpórea-espiritual (Ibíd. numeral 2337). Feminidad y
masculinidad son dones complementarios, en cuya virtud la sexualidad human es parte
integrante de la concreta capacidad de amar que Dios ha inscrito en el hombre y en
la mujer “La sexualidad es un elemento básico de la personalidad, un modo propio de
ser y de manifestarse, de comunicarse con los otros, de sentir, expresar y vivir el
amor humano” (Pontificio Consejo para la Familia, 8/12/1995).

Esta capacidad de amar como Don de si, tienen por tanto, su “encarnación” en el
carácter esponsal del cuerpo, en el cual está inscrita la masculinidad y la
feminidad de la persona.

El cuerpo humano con su sexo y con su masculinidad y feminidad visto en el misterio
mismo de la creación es no sólo fuente de fecundidad y procreación como en todo el
orden natural, sino que incluye desde el “principio” el atributo, “esponsalicio”, es
decir, la capacidad de expresar el amor: Ese amor precisamente en el que hombre –
persona se convierte en don y mediante este “don” realiza el sentido mismo de su ser
y el existir. Toda forma de amar tiene siempre esta connotación masculina –
femenina.

El Pontificio Consejo para la Familia (8/12/1995) expresa que la sexualidad humana
es un bien: parte del don que Dios dio que “era muy bueno” cuando creó la persona
humana a su imagen y semejanza, “hombre y mujer los creó” (Gen 1,27).

Cuando por el contrario falta el sentido y el significado del don en la sexualidad,
se introduce una civilización de las “cosas” y no de las “personas”, una
civilización en las que las personas se usan como si fueran “cosas”. “En el
contexto de la civilización del placer, la mujer puede llegar a ser un objeto para
el hombre (año 1995), los hijos un obstáculo para los padres”.

En el centro de la conciencia cristiana de los padres y de los hijos debe estar
presente esta verdad y este hecho fundamental: el “don de Dios” se trata del don que
Dios ha hecho llamándoos a la vida y a existir como hombre o mujer en una existencia
irrepetible, cargada de inagotables posibilidades de desarrollo espiritual y moral:
“La vida humana es un don recibido para “ser” a su vez “dado” (Gen 2,18).

El matrimonio hace la visión de este don de manera corporal. (Pontificio Consejo
para la Familia, 8/12/1995, numeral 14)

2.1.2 El Amor Conyugal

Cuando el amor se vive en el matrimonio comprende y supera la amistad y
se plasma en la entrega total de un hombre y una mujer, de acuerdo con
su masculinidad y feminidad que con el pacto conyugal fundan aquella
comunión de personas en la cual Dios ha querido que viniera concebida,
naciera y se desarrollara la vida humana.

A este amor conyugal y sólo a el pertenece la donación sexual que se
“realiza de modo verdaderamente humano, solamente cuando es parte
integrante del amor con el que el hombre y la mujer se comprometen entre
si hasta la muerte”. (Ibíd., numeral 14).

El Catecismo de la Iglesia Católica recuerda que “en el matrimonio la
intimidad corporal de los esposos viene a ser un signo y una garantía de
comunión espiritual”. Entre bautizados los vínculos del matrimonio
están santificados (CIC 2360ss) por el sacramento.

Referencias

1. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), numeral 2336
2. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), numeral 2337.
3. Pontificio Consejo para la Familia, (8 Diciembre de 1995). “Sexualidad
Humana: Verdad y Significado. Orientaciones Educativas en Familia”, numeral 10.
4. La Biblia, Génesis 1,27
5. Pontificio Consejo para la Familia, (8/12/1995), numeral 11.
6. La Biblia, Génesis 2,18
7. Pontificio Consejo para la Familia, (8/12/1995), numeral 14
8. Ibíd., numeral 14
9. Catecismo de la Iglesia Católica (CIC), numeral 2360ss

No hay comentarios: