viernes, 12 de octubre de 2007

María Cristina Jarquín - REDACCIÓN - Tarea 12 de octubre 2007.

MASCULINADES

La sociedad históricamente le ha dado un lugar al hombre, de forma particular en el sistema patriarcal ese lugar ha tenido un nivel superior respecto a las mujeres. A lo largo del tiempo, esto ha colocado al hombre como un ser humano privilegiado.

Esa superioridad otorgada al hombre, está relacionada con la “Masculinidad” definida por el MINSA (2006, p.10) como “El conjunto de actividades, valores, actitudes y comportamientos considerados solamente adecuados para los hombres y en el cual los hombres encuentran su sentido individual y colectivo frente a la sociedad y frente así mismos”.

En este sentido, Elizabeth Batinder (1993, p. 20) establece varias características dadas al hombre que definen su “Identidad masculina” “se juzgaba más fuerte, más inteligente, más valiente, más responsable, más creador o más racional”, y finalmente concluía en que “ese más justificaba su relación jerárquica con las mujeres, al menos con la suya propia”.

Actualmente se sabe que no existe una “masculinidad” sino “masculinidades”, basadas en el reconocimiento de las diversidades existentes en cuanto a nacionalidad, clase, edad, etnia, migración, orientación sexual, etc.

En el proceso de socialización el hombre está sujeto a presiones sociales en todos los ámbitos para hacer prevalecer y hacer valer su identidad masculina, porque deberá convencerse y convencer a los demás de tres cosas: “que no es una mujer”·, “que no es un bebé” y “que no es homosexual” (ibid).

Como señala CANTERA (2007, p. 4) “las masculinidades están preñadas de estereotipos, aún cuando no seamos conscientes de ello”, entonces “el proceso de formación de la identidad masculina pasa por tener que demostrar, constantemente, que se es hombre…por lo tanto su comportamiento no puede ser nada femenino…no mostrar debilidad, es decir a no expresar sus emociones, a competir por la hegemonía…a privarse de los afectos, que se considera patrimonio femenino y, se han perdido así, tal vez de las mejores cosas de la vida.

Además se debe considerar como se refleja esto en la paternidad. Al respecto, cobra relevancia lo expresado por Marcela Lagarde (1994: pp. 114-115) de “que hay un rol del padre en la masculinidad, los padres son muy importantes en la confirmación de la identidad de género, son fundamentales porque no sólo van a contar a los niños lo que es ser hombres, sino que son hombres frente a ellos”.

Entonces, “el niño crece con la fantasía de ser el padre, de tener sus bienes y poderío todo lo cual se convierte en el deseo de crecer y de ser hombre, uno de los deseos más importantes de la masculinidad (ib.).

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Batinder, E. (1993). XY La Identidad masculina. Madrid.

Marcela, L. (1994). La identidad de Género. Managua, PIEG-UCA.

CANTERA (2007). Forjando relaciones justas. Materiales de apoyo. Curso de Género
desde la perspectiva de Educación Popular. Managua.

MINSA (2006). Manual de Técnicas y procedimientos para el abordaje de la
masculinidad y la salud sexual y reproductiva con el personal del sector salud y la
comunidad. Nicaragua.

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