martes, 6 de mayo de 2008

Tarea sobre análisis de contenido


Autora: María Teresa Rodríguez Flores
Docente: msc. Estela del Socorro González.

Importancia de los conocimientos sociales previos como base del análisis de contenido.

El análisis de contenido tiene mucha relevancia en el sentido de que el material social sometido a su función, significa que se des-oculto o se revela, donde ante todo interesa indagar sobre lo escondido, lo latente, lo no aparente, lo potencial, lo inédito (lo no dicho) de todo mensaje. Se amplía hacia una dimensión no manifiesta del texto, esto permite, introducir nuevas variables de análisis en el proceso de comunicación en el que se inscriben y las circunstancias psicológicas, sociales, culturales e históricas de producción y de recepción de las expresiones comunicativas.

En este proceso la interacción comunicativa nunca se enfrenta normalmente por primera vez a la tarea de comunicarse con otro ser humano ya que los esquemas que poseemos acerca de los demás esquemas sociales, contienen datos que no solo se refieren a las propiedades identitarias del sujeto (edad, sexo, aspecto físico, su personalidad, su familiaridad- si es conocido o desconocido- su nivel de conocimiento etc.) sino también a la posición que ocupa (estatus) y la función que desempeñan (rol) dentro de los grupos y organizaciones sociales, es decir, en su calidad de agente de un sistema social. Esos datos pueden hacer que nos comportemos de una u otra manera. ( Piñuel & García- Lomas, 2001).

La meta-representación que construimos específicamente acerca de nuestro interlocutor, en cada proceso comunicativo, se encuentran guiadas por los conocimientos sociales previos, por nuestros “esquemas sociales”.
Los esquemas activados y las meta-representaciones referidas a las intenciones, creencias y estados mentales de nuestro interlocutor (teorías de la mente), juegan un papel fundamental en la regulación de nuestra propia conducta, pues anticipan una expectativa acerca de los límites específicos de esa interacción.
Y este es un capital socio cognitivo que es previo, tanto para establecer entre los interlocutores acuerdos meta comunicativos capaces de integrar cualquier intercambio de expresiones en la conducta social y cognitiva de los sujetos, como para establecer variables de análisis de los discursos que el analista aborda.

Objetivos del análisis de contenido.

Elaborar y procesar datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior.

Llegar al nuevo conocimiento: sobre la base de un documento físico, registrado y que analizado “por dentro” se puede desvelar su contenido(su significado, o su sentido), de forma que una nueva “interpretación” tomando en cuenta los datos del análisis, permitirá un diagnóstico, es decir, un nuevo conocimiento a través de su penetración intelectual.

Remitir a técnicas que facilitan el proceso de elaborar, registrar y tratar datos más allá, del ámbito social y cognitivo concretos en que se recurre a la comunicación y dentro de ella, a la producción de textos.

Facilitar la interpretación que subyace a los actos comunicativos concretos y subtiende la superficie material del texto.
3. Pasos del análisis de contenido

3. La metodología del análisis de contenido incluyen necesariamente los siguientes pasos:

a) selección de la comunicación que será estudiada;
b) selección de las categorías que se utilizarán;
c) selección de las unidades de análisis, y
d) selección del sistema de recuento o de medida
4. Tipos de análisis de contenido y objetivos que persigue cada uno de ellos.

Análisis de contenido según la selección de la comunicación estudiada.

No es lo mismo analizar el discurso de un político, que el de un par de enamorados, por lo tanto, se debe considerar el contenido del discurso sujeto de análisis.

2. Según los objetivos de la investigación aplicada a esos formatos y situaciones de comunicación, pueden diferenciarse análisis de contenido de carácter exploratorio, descriptivo y verificativo y /o explicativo.

a. Los análisis explora torios sólo tienen por objeto una aproximación al diseño definitivo de una investigación en la que el análisis de contenido es una técnica elegida para elaborar, registrar y tratar datos sobre “documentos”. Estos análisis exploratorios, denominados pre-test, generalmente se desarrollan para testar por primera vez un material de estudio, de modo que pueda determinarse la elección corpus de documentos de que se dispone para plantearse un problema de análisis en torno a situaciones que han producido aquellos textos, la señalización de categorías relevantes para aquel estudio de procesos comunicativos y la prueba de los indicadores de medida y de criterios más adecuados al corpus, o para la delimitación muestral de éste. Fundamentalmente estos análisis se orientan, a resolver los problemas relativos a la elaboración de las categorías más pertinentes que han de configurar un protocolo de análisis y su eventual articulación (ver infra), de modo que resulten productivas de cara a la explotación de los datos.

b. Los análisis descriptivos tienen por objeto, en un marco de estudio dado, la simple identificación y catalogación de la realidad empírica de los textos o documentos, mediante la definición de categorías o clases de sus elementos. Como uno de los análisis de contenido descriptivos más específico puede citarse el análisis documental (o de recuperación de información) con muchas variantes.

Aparte de la identificación intra-textual de la estructura que adopta el producto comunicativo, lo más interesante es partir de los contextos donde se inscribe el material de análisis, es decir, de su estructura de producción o de recepción comunicativa, social y culturalmente integrada: así, por ejemplo, descripción de las características de las situaciones, entornos y contextos implicados en su producción y recepción (desde los históricos a los personales, desde los públicos a los privados), o también descripción de la estructura sociológica y psicológica que rige la conducta de los individuos, grupos o instituciones emisoras y receptoras en los procesos de comunicación que dieron origen a esos productos.

c. El análisis verificativos y explicativos pueden dar cuenta de inferencias sobre el origen, naturaleza, funcionamiento y efectos de los productos comunicativos: v.g. extrapolaciones como, al estudiar el contenido, inducir una predicción (inferencias inductivas), o estudiando un efecto, comprobar un contenido, o, estudiando un producto, a comprobar los antecedentes de la comunicación (inferencias deductivas),

2. Análisis de contenido según la selección de las categorías

La selección de la comunicación a estudiar permite enmarcar fenomenológicamente el objeto material de análisis (y en su virtud, también las fuentes del material que haya de configurar el corpus de estudio), pero la selección de categorías construye la “mirada” del objeto.

Las categorías siempre derivan de las miradas, o lo que es más preciso, de las representaciones que permiten la mirada del objeto de análisis. La vigencia de estas representaciones en el conocimiento vulgar, comparada con la del conocimiento científico, reside en una confianza contingente que va pegada al conocimiento particular de una actividad o acontecer particular, (v.g. “cuando llueve y hace sol sale el arco del Señor”). La vigencia de sus representaciones en el conocimiento científico reside en la trascendencia de su refutabilidad, más allá del propio conocimiento de una actividad o acontecer particular.

Es decir, en la investigación básica la refutabilidad concierne a las teorías, mientras que en la investigación aplicada, la refutabilidad concierne sólo a las prácticas. En su virtud, los objetos de estudio, para la refutación, adquieren singularidad si son representativos, y si no la pierden por su forma de elaboración. En consecuencia, el análisis de contenido nunca puede ser independiente, cuando se aplica, de una teoría.

La naturaleza singular de los datos de investigación (elaborados siempre, no encontrados en estado puro) y de los procesos que guían su elaboración, registro y tratamiento posterior, se da en función de la previa fijación de objetivos (fines) de conocimiento y práctica, y de la delimitación de objetos de estudio adecuados a ellos, significativos o representativos, y pertinentes para su refutabilidad.

3. El análisis de contenido según el diseño de análisis del objeto de estudio

En aquellas situaciones de comunicación que brindan la posibilidad de elaborar, registrar y después procesar datos a partir del tratamiento de los productos singulares guardados, grabados o conservados (ejemplares de periódicos puestos en circulación, programas de radio o TV que han sido difundidos, etc.) pertenecientes a aquellas situaciones, requieren una previa disección de los productos orientada a su vez a elaborar, registrar y tratar datos extraídos de ellos; no todos los datos que pueden ser elaborados, registrados y tratados a partir de la disección de productos comunicativos o “textos, resultarán adecuados, y serán significativos y suficientes, para representar científicamente la situación comunicativa que integra supuestamente el acontecer socialmente previsto en que se recurre a la comunicación, y que ha de constituir el objeto científico de análisis.


La metodología de investigación en análisis de contenido.

Consiste en la elaboración de datos mediante disección (o análisis) de productos singulares de comunicación social (como es el caso del denominado análisis de contenido) procede de someter a prueba (refutar) que las operaciones de disección del “texto”, y la elaboración, registro y levantamiento de los datos referidos a éste, resulten adecuados, significativos y suficientes para mostrar su singularidad respecto a la situación de comunicación que constituye el campo de estudio para representar, a su vez singularmente, un objeto de conocimiento científico: la comunicación social a la que se recurre en la agenda del acontecer colectivo.

Según el diseño de análisis del objeto de estudio, es decir, del proceso singular de comunicación donde tienen su origen los productos comunicativos, pueden diferenciarse también análisis de contenido horizontales, verticales, transversales, longitudinales y triangulares.

4. Análisis de contenido según los parámetros de medición y evaluación

Según los parámetros de medición y evaluación pueden diferenciarse análisis de contenidos cuantitativos y cualitativos. La distinción entre análisis de contenido cuantitativos y cualitativos es débil, sin embargo, los aspectos cualitativos se encuentran en toda investigación que parta de una teoría que sirve para construir el objeto científico de estudio, y los análisis de contenido no pasan a la cuantificación de las unidades de análisis hasta que no se ha definido previamente un repertorio de categorías o ítems provistos por el marco teórico, el planteamiento de problemas y por los objetivos del estudio aplicado a un objeto, siempre construido a priori. Pero si reparamos, en los parámetros de medición, se observaría que pueden diferenciarse análisis de contenido frecuenciales, que contabilizan el número de ocurrencias o de co-ocurrencias de indicadores o categorías, y análisis de contenido no frecuenciales que tienen en cuenta su presencia o ausencia.

Otros de los análisis de contenido según los parámetros de medición y evaluación son los análisis relacionales
Los que se pueden aplicar a partir de tabulaciones previas frecuenciales del tipo de tabla de contingencia (Piñuel & Gaitán, 1995:cap. 4), entre distintos elementos categoriales, estableciendo relaciones de determinación, asociación equivalencia, oposición, exclusión, proximidad, similitud, secuencialidad u orden.
La tabulación de frecuencias cruzadas o de co-ocurrencia de dos dimensiones, por su gran simplicidad, es la más utilizas.

5. El análisis de contenido según las unidades de registro y de análisis

Las unidades de registro y las unidades de análisis en ningún caso son independientes del objeto de estudio, de las fuentes que se eligen estudiar, del diseño de análisis, de la técnica de edición, evaluación empleada y de su campo de aplicación.
5. Según parámetros de medición y evaluación. Tipos de análisis de contenido.

Las técnicas del análisis de contenido

Dos aspectos fundamentales hay que considerar respecto a las técnicas para elaborar, registrar y tratar datos en análisis de contenido. Uno es la normalización de los procedimientos para llevar a cabo cada investigación particular. Otro es la elección del software que mejor pueda ajustarse a los planteamientos teóricos y metodológicos. Las que se deben considerar en este orden.


a. La normalización de los procedimientos de análisis: el protocolo

El protocolo es, un procedimiento o conjunto de normas que guían tanto la segmentación del corpus según el establecimiento de criterios interpretativos para su lectura u observación, como para efectuar el registro más adecuado de datos, disponibles después para su tratamiento estadístico o lógico y para el procesamiento posterior (o transmutación) en datos de “segundo” y “tercer” orden, es decir, en datos referidos, a su vez, a datos previamente registrados y tratados.

Si el mismo corpus es analizado por investigadores diferentes, las conclusiones del estudio deben ser coincidentes; más aún, gracias a la existencia y manejo adecuado de un protocolo de análisis, suficientemente objetivado, si el mismo o diferentes investigadores estudian corpus diferentes pero igualmente representativos de diferentes procesos y sistemas de comunicación, podrán llegar a conclusiones válidas tanto para comparar los procesos por su naturaleza, como por su evolución temporal.

En los ámbitos ceremoniales (tanto desde el punto de vista jurídico como diplomático), en la investigación científica, comparten una misma idea: lo que se dispone para ligar de forma válida un procedimiento. En la investigación científica, concretamente, se entiende por protocolo, o conjunto de enunciados protocolarios, precisamente aquellas reglas de procedimiento necesarias para llevar a cabo un proceso de observación o experimentación. El “protocolo” es aquello que se dispone para ligar de forma válida un procedimiento. ( manera de proceder, de seguir unos determinados pasos tras otros, etc.) será en la medida que no se podrán refutar sus efectos, o sus resultados; las conclusiones, por consiguiente, si existe y se maneja adecuadamente un protocolo de análisis, suficientemente objetivado, resultarán irrefutables mientras no cambie (por la teoría o por la praxis) el objeto de estudio.

Una es la guía para la interpretación y segmentación del corpus, que suele llamarse libro de códigos. Otra es la guía para el registro de datos, que suele conocerse como ficha de análisis.

El libro de códigos: guía para la segmentación del corpus

El libro de códigos es un manual de instrucciones en el que se establece:

1) La naturaleza del corpus, qué contiene, para qué sirve, cómo interpretarlo o desde qué perspectiva abordar su lectura, escucha o visualización;

2) La segmentación del corpus de forma que a medida que se lee, escucha o visualiza, el analista sepa cuándo abrir una ficha de análisis y proceder a ir registrando datos re-leyendo, escuchando o re-visualizando los segmentos establecidos de ese corpus;

3) El llenado las fichas de análisis, sabiendo a qué código alfa numérico corresponden cada una de las apreciaciones de la interpretación del segmento analizado;

4) El para dar por concluida cada ficha de análisis, y cómo ordenarlas y archivarlas para su uso posterior en el tratamiento de los datos registrados; JOSÉ LUIS PIÑUEL RAIGADA

5) La construcción de una base de datos que permita elaborar y procesar datos de segundo y tercer orden, es decir, cómo producir nuevos datos sobre los inicialmente registrados en las fichas y en la base a la que se han trasladado;

6) El uso la base, obtener datos de segundo y tercer orden mediante un plan de explotación: recuento de frecuencias, por ejemplo, establecimiento de medidas estadísticas, correlaciones, plan de cruces para tablas de contingencia, etc.

Lo primero que se introdujo fue el procesamiento informático a partir del repicado de los datos, desde las fichas de análisis, a las bases de datos estadísticas disponibles. Más tarde, se llegaron a sustituir las fichas de análisis por bases de datos diseñadas para ser utilizadas y rellenadas directamente desde la lectura u observación del texto. Finalmente, se diseñarán programas informáticos que a partir del reconocimiento óptico de los caracteres visualizados por escáner sobre los propios textos, realizan ya todos los pasos en aquellos análisis exclusivamente apoyados en la segmentación lingüística de textos impresos.

Disección (o segmentación) de productos singulares de comunicación social (como es el caso del análisis de contenido) procede de someter a prueba (refutar) que las operaciones de disección del “texto”, y la elaboración registro y tratamiento de los datos referidos a éste, resulten adecuados, significativos y suficientes para mostrar su singularidad respecto a la situación de comunicación que constituye el campo de estudio, el cual tiene que representar, a su ve z singularmente, un objeto de conocimiento científico: la comunicación.

Para cumplir este requisito al primer género de instrucciones citadas, y una vez justificada la representatividad muestral del corpus (con exigencias similares a la representatividad requerida de una muestra de población a encuestar, cuando se define un universo), es necesario que las operaciones de disección del “ texto” resulten adecuadas a ese objetivo, y a su justificación se dedica el primer capítulo del manual de instrucciones, es decir, a explicar cuál es la naturaleza del corpus, qué contiene, para qué sirve, cómo interpretarlo o desde qué perspectiva abordar su lectura, escucha o visualización.


El segundo capítulo del manual de instrucciones que constituye el libro de códigos está dedicado a exponer y justificar cómo segmentar el corpus de forma que a medida que se lee, escucha o visualiza, el analista sepa cuándo abrir una ficha de análisis y proceder a ir registrando datos re-leyendo, re-escuchando o re-visualizando los segmentos establecidos de ese corpus.

El análisis de contenido la muestra es el corpus: un número de ejemplares de periódicos que representan al universo de ejemplares difundidos en un tiempo dado, cubriendo un cierto territorio de audiencias; o un número de películas, programas de TV, obras escénicas, etc., que representan al universo de obras o productos comunicativos relevantes para conocer un proceso de comunicación como objeto de estudio, etc.
Pero no se sabe muchas veces con certeza cuántas unidades de análisis aparecerán. Este es el tipo de unidades que pueden denominarse unidades formales y que son las unidades que componen fenomenológicamente al objeto material de estudio, y sirven para fijar alternativas metodológicas por las que se transmutan en datos manejables, según elección de una o más técnicas para procesarlos y analizarlos.

Las alternativas metodológicas tienen que ver con la elaboración y registro posteriores de otros datos que hemos dado en llamar de “segundo orden” (presencia o ausencia de determinados rasgos en las unidades formales: por ejemplo, en los editoriales de los periódicos, o en las secuencias del programa de TV ), e incluso de “tercer orden” (índices de frecuencia, relaciones estadísticas o lógicas obtenidas por comparación de éstas, etc.) que tendrán que ser procedentes del objeto de estudio, y que tendrán igualmente que ser significativos y suficientes para contrastar el objeto de estudio y los objetivos fijados en su análisis. JOSÉ LUIS PIÑUEL RAIGADA


El tercer capítulo de un libro de códigos se dedica a establecer cómo rellenar las fichas de análisis, sabiendo a qué código alfanumérico de ella corresponden cada una de las apreciaciones de la interpretación del segmento analizado (secuencia de TV, cuadro escénico, frases de los titulares que componen una unidad periodística, etc.) constituyen los datos que más tarde irán, ficha por ficha, a integrar la base de datos. Es éste quizás el capítulo central de cualquier libro de códigos, hasta el punto que por esta causa, el manual de instrucciones así llamado, se denomina “libro de códigos”. Su contenido está estrechamente ligado a la estructura de la ficha de análisis, o cuestionario que el analista rellena como si él fuese un encuestador que se hace preguntas a sí mismo y las responde a la medida de su apreciación de cada segmento analizado.


Para que esta apreciación, entonces, resulte lo más objetivada posible, las instrucciones (claras, precisas, sin ambigüedades posibles) suelen ensayarse de antemano en las pruebas piloto, e incluso probarse experimentalmente recurriendo a “grupos de jueces” que experimentalmente sirven para contrastar las apreciaciones buscadas ante la lectura, escucha o visualización de segmentaciones representativas del corpus. Las apreciaciones sobre los aspectos relevantes de cada segmentación, se estructuran por variables y categorías, a cada una de las cuales se le hará corresponder con un número de columnas y filas en la base de datos. Por ello, este capítulo del libro de códigos es tan crucial, ya que resulta el más consultado por los analistas cada vez que ante una apreciación no sepa con certeza qué número de variable asignarle y qué número de categoría le corresponde.

El cuarto capítulo del libro de códigos se dedica a explicar cómo dar por concluida cada ficha de análisis, y cómo ordenarlas y archivarlas para su uso posterior en el tratamiento de los datos registrados. Normalmente las instrucciones referidas al cierre, así como al orden de archivo para uso posterior respecto a la base de datos, determinado por aquellas variables que en la ficha de análisis se refieren a la numeración e integración de cada unidad formal en la estructura del corpus.

El quinto capítulo del libro de códigos sirve para explicar cómo construir o usar una base de datos que permita elaborar y procesar datos de segundo y tercer orden, es d e c i r, cómo producir nuevos datos sobre los inicialmente registrados en las fichas y en la base a la que se han trasladado. Esto se establece dando instrucciones sobre el tipo de operaciones a efectuar con el conjunto de las fichas de análisis ya rellenas: por ejemplo, agrupándolas a veces según categorías relevantes por el objeto de estudio, por el corpus analizado, por las segmentaciones efectuadas en éste, etc.

El sexto y último capítulo del libro de códigos se dedica a explicar cómo obtener, usando la base, datos de segundo y tercer orden mediante un plan de explotación: recuento de frecuencias, por ejemplo, establecimiento de medidas estadísticas, corre-laciones, plan de cruces para tablas de contingencia, etc.


La ficha de análisis: plantilla para el registro de datos

La ficha de análisis es una plantilla para el registro de datos al re-leer, re-escuchar o rre-visualizar cada una de las segmentaciones del corpus, contempladas en el libro de códigos.

No hay comentarios: