viernes, 5 de octubre de 2007

Jorge Portocarrero - tarea 1 - evaluación diagnóstica

BODA-MATRIMONIO
Enfoques del matrimonio, desde la perspectiva y/o la experiencia particular de diversas parejas adultas entrevistadas.

El matrimonio, a través de la historia se ha constituido en una institución en todas las culturas de la humanidad independiente de su religión o de su raza.

Cada cultura ha justificado la necesidad del matrimonio desde diferentes enfoques. Para las sociedades medioevales europeas y su posterior fase capitalista, el matrimonio se constituía en la garantía de continuidad y factor de ordenamiento de la propiedad privada sobre los bienes a través de la figura jurídica de la herencia.

Para las grandes culturas asiáticas, el matrimonio era la base de la organización de la familia como unidad celular de la estructura y el tejido social.

Para las sociedades fundamentalistas islámicas y judeocristianas, el matrimonio se constituye en una poderosa institución que sirve de mecanismo de coerción legal y de presión social y religiosa para contribuir a frenar la promiscuidad sexual y fortalecer la unión estable de la familia.

En la sociedad nicaragüense como parte de la cultura occidental y cristiana a la que pertenecemos, el matrimonio es una institución tanto religiosa como jurìdica ...." mantenedse unidos hasta que la muerte los separe " ... reza la letanía cristiana durante el sacramento y el acto litúrgico de la boda eclesiástica " ; ... "aceptas como tu legítima esposa o esposo a la señorita o al joven tal ? " ... requiere el juez durante la ceremonia del matrimonio civil, sentenciando lo prescrito en el Código Civil... " el matrimonio es una institución y un contrato entre un hombre y una mujer para la procreación y el mutuo auxilio ... " .

Pero, así como el devenir histórico de la humanidad ha venido fortaleciendo la institución del matrimonio, la historia también se ha encargado de demostrar hasta la saciedad que, ni la camisa de fuerza legal que representa el contrato civil, ni la presión social y los extraordinarios frenos de los valores éticos, ni el compromiso moral de la institución de la familia, ni todos estos factores juntos, representan una garantía de un matrimonio estable y que provea felicidad a la pareja y a la familia que conforman.

El factor fundamental que asegura una unión marital estable y produndamente humana, es el amor.

Pero no el amor como un estado demencial y de irresistible locura; no el amor furioso y hormonal; no el amor pinche pasión y lujuria animal; sino un amor sin límites, íntimo, confidente, de calidad superior. Un amor libre de las ataduras de los celos patológicos; un amor con vocación de paz y no de guerra entre sexos; un amor genuino con capacidad infinita de perdonar las miserias humanas de la pareja en tanto hombre es, mujer es, ser humano es; un amor solidario, desprendido, con desapego a lo material poniendo por encima el amor de la pareja, despreciando lo individual y privilegiando el interés colectivo de la pareja.



La unión marital puede estar motivada por resortes impulsores de diversa índole. Se pueden identificar al menos cuatro factores que son considerados los más comunes.

La Identidad: Identidad de anhelos y aspiraciones. Identidad de concepción del mundo. Identidad de frustraciones, sueños y utopías. Identidad en la confidencialidad y en las pasiones. Identidad religiosa, ideológica, política, cultural. Identidad en el sueño de procrear hijos para la reproducción de la especie humana y volcar en ellos todo el amor de la pareja.

La Intimidad (factor proxèmico): Convergencia del entorno laboral, proximidad vecinal, grupos de afinidad artística, deportiva y religiosa, amistades filiales, grupos estudiantiles.

Atractivo físico: Lívido, reacción hormonal, lujuria, carnalidad.

Conveniencia económica: Crecimiento del patrimonio, reproducción de capitales, dependencia económica, mejoramiento de estatus.

De estos cuatro resortes motivacionales identificados, el resorte que garantiza la estabilidad de la pareja y su relativa felicidad, es el de la IDENTIDAD.

Pero, cómo se llega a alcanzar ese amor “ideal”?

El amor como un fenómeno sicológico y social es un proceso nítidamente y puramente humano, que tiene sus etapas, las cuales es importante saber identificar .

La primera etapa es la pasión. Esta es una etapa caracterizada por un estado demencial, de furia, en la que el enamorado o enamorada se abstrae de la realidad, focaliza toda su vida en una visión monotemática (su pareja), jura y promete fidelidad carnal absoluta. Es una etapa en la vida de la pareja relativamente bella, pero para bien de toda la humanidad, el tiempo lo vuelve un momento efímero, debido a su vocación biológica animal, hormonal. Cuando esta etapa expira, la vida marital puede llegar a su fin si el fundamento de esta unión no es la identidad y el amor. Si la base de la unión conyugal es el amor genuino, se avanza a la segunda etapa.

La segunda etapa es el cariño. Este es un estado racional y profundamente humano del amor, una calidad superior en la dimensión del amor.

La tercera etapa es la empatía: Este es el estadío superior del amor pleno, en donde la fidelidad carnal es cualquier cosa, comparada con la fidelidad espiritual, y en donde la pareja se funde en un solo ente indisoluble y monolítico. Se alcanza la identidad casi absoluta, la armonía casi perfecta y la más profunda dependencia afectiva. Es el amor químicamente puro.

El amor empático, es la única garantía de una unión estable, feliz y duradera; la única coraza superior al contrato civil del matrimonio que se rompe fácilmente con el contrato del divorcio; superior al blindaje de la presión social que se obvia con las armas de la indiferencia ; y superior al acero de la sentencia religiosa que se expía con una oración o una promesa a la Virgen María o a San Ramón (el santo de las mujeres embarazadas).

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